A continuación te presentamos algunas experiencias sexuales que deberías probar con tu pareja por lo menos una vez en la vida. Estas experiencias les ayudan a salir de la rutina y probar diferentes sensaciones que pueden resultar más placenteras.
4 experiencias sexuales que deberían probar
Hacerlo en un lugar público
Tener sexo en un lugar público es una de las experiencias sexuales más emocionantes que pueden tener como pareja. Claramente hay que ser arriesgado y que no te importe el “qué dirán”. Al tener sexo en un lugar público, tu cuerpo aumentara a producción de endorfinas por la combinación al miedo de ser descubierto y la anticipación del orgasmo.
Aunque no lo creas, esta es una práctica bastante popular en parejas que quieren explorar nuevas formas de vivir su sexualidad plenamente. Lo único importante es elegir el lugar con cuidado, ya que podrías estar infringiendo la ley.
Utilizar un juguete sexual
El uso de juguetes eróticos otra de las experiencias sexuales que pueden ayudar a salir de la rutina. De hecho, se han convertido en los mejores aliados de las parejas que quieren hacer cosas nuevas en la cama. Y es que, en el universo de los juguetes sexuales hay cientos entre los que puedes elegir: los hay con diferentes funciones, tamaños y texturas.
Probar el sexo tántrico
El sexo tántrico es una práctica ancestral enfocada a la búsqueda de la compenetración de la pareja, más allá del sexo. Es una práctica que resulta estimulante para el cerebro, ya que no de lado los sentidos mediante el juego de sonidos, miradas, caricias, olores y sabores.
Sexo anal
A menos que seas una pareja gay, es poco probable que hayas practicado el sexo anal, y la verdad es que esta es una de las experiencias sexuales que pueden resultar muy placentera tanto para hombres como para mujeres. El ano es una zona erógena con millones de terminaciones nerviosas que visto con recelo a la hora de practicar relaciones sexuales.
El sexo anal es una práctica estimulante y muy fácil de llevar si se tienen algunas recomendaciones como asegurarse de estar relajado, empezar tocando y acariciando para que los músculos se acostumbres y, fundamental que ambos estén dispuestos a hacerlo.